LA
IGUALDAD DENTRO DEL MATRIMONIO
Abg. Franklin Dávila Ramírez
En los artículos
161 y 162 del Código Civil de 1936 se establecía que el gobierno del hogar
estaba a cargo del cónyuge (esposo), de modo que solo él tenía el derecho de
fijar y mudar el domicilio conyugal. Asimismo, se señalaba que a aquél le
correspondía el derecho de decidir las cuestiones referentes a la economía del
hogar, autorizar o no a la mujer el ejercicio de cualquier actividad lucrativa
fuera del hogar, ejercer la representación de la sociedad conyugal frente a
terceros, e imponer a la mujer la obligación de agregar a su apellido, el suyo.
El Código Civil anterior, se basó en un modelo de potestad marital, lo cual
significaba la ubicación del varón como cabeza y jefe de su familia, concentrándose
en él prácticamente todas las decisiones sobre la marcha del hogar.
Este forma de
gobierno en la familia por parte del varón, fue respaldado por la religión, que
siempre queriendo ser fiel en el cumplimiento de los principios preestablecidos
y escritos en la Biblia, vio como acertado las antiguas normas de familia. En
efecto la Biblia señala que siempre debe haber un orden en todo, incluido un
orden familiar, en donde la mujer debe estar sujeta al varón, éste debe estar
sujeto a Cristo, y Cristo a su padre Dios. Esta norma bíblica va en
concordancia con otras normas bíblicas que señalan que la mujer debe guardar
profundo respecto a su esposo y que éste debe amarla como a su propio cuerpo. Además,
el hecho que se mencione que el hombre ciertamente debe estar sujeto a Cristo,
nos da la idea de que así como Cristo trata al hombre, no de forma abusiva sino
por el contrario demuestra un trato amoroso hacia él, igual forma debe el
hombre tratar a la mujer con el ejemplo inspirador de Cristo. Así en el hogar
familiar, la mujer que se siente feliz por el trato amoroso que recibe por
parte de su pareja, le inspira a respetarlo y aceptar las decisiones que él
tome, por saber que lo que hace, es por el bien de ella y de toda la familia.
Esta claro que el varón en busca de lo mejor para la familia debería escuchar
lo que piensa la esposa antes de tomar la decisión que le parezca mas acertada;
esto lo confirma la Biblia cuando pone como ejemplo el caso de Sara y Abrahán,
en donde Dios corrige a Abrahán y le pide que escuche a su esposa antes de
apurarse en tomar una decisión.
Este orden
familiar, aceptado por la religión y el Derecho, en la realidad, resultaba
infeliz para los miembros de la familia en especial para la mujer, ya que el
esposo aprovechando ser el cabeza de familia, abusaba de su esposa y de los
hijos, humillando a su esposa en vez de amarla, surgiendo muchas veces casos de
violencia familiar. La mujer tenía que soportar muchas veces en silencio, ya
que se encontraba desprotegida por la Ley. Es así que la Ley cambió, se
estableció como forma de equilibrar las relaciones dentro del matrimonio, la
igualdad de los esposos, tanto a nivel constitucional con el derecho de
Igualdad entre varón y mujer y a nivel de legislación civil ya que la nueva
regulación establece que “Ambos
cónyuges tienen el deber y el derecho de participar en el gobierno del hogar y
de cooperar al mejor desenvolvimiento del mismo.
A ambos compete, igualmente, fijar y
mudar el domicilio conyugal y decidir las cuestiones referentes a la economía
del hogar.”
Es así, que
ahora dentro de la familia, supuestamente, no debe haber uno que mande más,
ahora tanto el hombre como la mujer gobiernan el hogar, juntos deciden que es
lo más conveniente para el hogar que construyen, juntos deciden la economía
familiar. Ahora ambos tienen el derecho de hacer respetar sus decisiones y
ninguno tiene que soportar lo que le parezca mal del otro.
Es así, como en
la actualidad se regulan las relaciones de esposos, esperando que con esta
nueva regulación haya buen entendimiento por parte de los mismos y de esta
manera un matrimonio que perdure a través del tiempo. Si está siendo eficiente
esta forma de regular las relaciones entre los esposos, solo lo dirán las
estadísticas, esperemos que con la aplicación de esta nueva norma, haya más
parejas felices que con la norma anterior, que como mencionamos anteriormente
tenía una inspiración bíblica, aunque me hace recordar un pasaje de la Biblia, en
donde Dios le pregunta a Job “¿invalidarás tú mi justicia?”.